Cualquier parecido con la realidad no es meramente una coincidencia.

miércoles, 27 de mayo de 2015

20. Me gusta

Me gustan las personas, aparentemente, frágiles.
Me gusta la fragilidad de las personas, aparentemente, rotas.

miércoles, 20 de mayo de 2015

II.

Había una vez un chico que soñaba;
era capaz de soñar aún sufriendo de insomnio.
Y vivía,
y andaba dos palmos por encima del suelo.
Y era capaz de volar,
por encina del mar, por encima del cielo.
Y corría por las noches tras una botella de tequila,
por diversión,
y leía poesía.

Y moría cada mañana,
enredado entre las sábanas
y empapado por cada lágrima.
Y resucitaba cada noche,
leyendo algún que otro verso,
sentado en su coche.

También amaba,
aún teniendo el corazón a trocitos,
con cada uno de éstos, amaba.

Hasta que un día el chico se convirtió en hombre trajeado, y dejó de soñar.
Ya no era capaz de soñar,
y dormía sus ocho horas diarias.
Y moría,
ya no andaba por encima del suelo;
y ya no era capaz de volar,
ni por encima del mar, ni por encima del cielo.
Y ya no corría tas una botella de tequila, por diversión,
sino que, ahora, lo hacía por evasión.
Lo hacía para olvidar la decepción.

Y por la mañana se levantaba,
a cavar su propia tumba.
Y, tumbado, pensaba en números todo el tiempo,
en cuentas sin fundamento,
pensando en fórmulas que no requieran de ningún conocimiento.

Y ya no era capaz de amar;
con las heridas que los trocitos habían formado,
con todos los cortes que en su cuerpo había dado,
-su corazón ya se había marchitado.-

Y tomaba pastillas para no soñar,
y un día tomó tantas que cerró el libro y siguió tomando,
y al recostarse tiró el libro de poesía de la mesilla,
y la botella de tequila rodó por el suelo
y chocó con la de whisky,
y sonó tan fuerte que su amada lo oyó,
y cuando llegó el hombre trajeado estaba tirado en el suelo,
y la amada nunca más encontró consuelo.

Y Wendy lloraba,
y fue exactamente a las doce,
o eso marcaba el pasar del tiempo,
en su muñeca, en su reloj de Rolex,
-la hora en la cual el niño se convirtió en hombre.-
Fue la hora exacta en la cual el principito entendió a los mayores.
Fue la hora en la que nos dimos cuenta de que "nunca jamás" nunca existió.

-Fue, a las doce de la noche, la hora exacta en la cual Peter Pan murió.-

domingo, 10 de mayo de 2015

Busco.

Busco amor entero para corazón a medias.
Busco sonrisas reales para miradas de satisfacción fingidas.
Busco una infinidad de treces para una vida con muy poca suerte.
Busco persona que se ofrezca como salvavidas en mitad de, éste, mi naufragio.
Busco billetes de ida a un mundo imaginario sin fecha de vuelta.
Busco deseos caducados por falta de sueños, para ver si por lo menos cumplo alguno.
Busco un "buenos días" para una persona que adora las noches.
Busco sueños en los contenedores.
Busco persona que sea inmune al agua para que me salve de morir ahogada.
Busco emociones fuertes, no recomendadas para cardiacos, para persona arrítmica.
Busco persona que dé besos de esos que hacen temblar el suelo para persona que sólo da abrazos.
Busco caricias de más para cualquier día de estos.
Busco persona que beba un trago del vaso de agua que no fue colmado por una gota,
sino,
que fue desbordado por una lágrima.
Busco cama ajena para persona que sufre de insomnio.
Busco hombro en el cual llorar cada día.
Busco el sonido de la lluvia en personas que odian oír llover.
Busco esa persona-amanecer de la que muchos hablan y pocos conocen.
Busco persona que desprenda tanta luz como para convertirse en una hostia de belleza en el momento que la mires.
Busco persona con la cual compartir mis mejores sonrisas y mis más grandes ojeras.
Busco persona con la cual brindar sin ningún motivo.
Busco persona con la que la doble cucharada de azúcar en el café no sea exceso y con la que no echar azúcar en el té no sea ningún inconveniente.
Busco sonrisas entre cosquillas y costillas.
Busco felicidad eterna.
Busco bala perdida para persona que no supo mantener su último tiro alejado de su garganta.
Busco ojos en los que bañarme en cualquier lugar del centro.
Busco persona con la que intentar eso que leí una vez de que juntando dos tréboles incompletos, quizá, se podría formar uno de cuatro hojas.
Busco, te busco, pero no te encuentro.

viernes, 8 de mayo de 2015

Miénteme.

Y, otra vez, quise volar tan alto como antes me llevaban tus manos. Tus dedos.
Quise volar por encima del cielo
y lo único que conseguí fueron reencuentros, frente a frente,
con el suelo.
Una y otra vez.
Una y otra vez quise volar más allá del cielo, más allá del mar, más allá del infinito.
Contigo.
Contigo quise reírme de la muerte,
y lo hicimos,
vamos que lo hicimos...
Y aún así no fue lo suficiente.
No fui lo suficiente para ti.
Para mí.
Para nadie.
Pero, aunque no lo reconozcas, me quisiste.
Casi tanto como yo te quise a ti.
Y jugaste conmigo mientras yo me conjugaba contigo.
Y, creo, que te conjugué en todas las formas verbales,
menos en el pretérito imperfecto.
Tú, desgraciadamente, te encargaste de que el pretérito fuese perfecto, como tú, con la finalidad de que vuelva a mi presente,
una y otra vez,
llamando a la puerta de los recuerdos y no se quede.
Para que mi habitación se llene del aire que un día respiramos, tú y yo.
Para que se llene de momentos y que mi cabeza recuerde tú olor como si estuvieses aquí.
Y si sumamos todo eso, creo que, te daría tiempo a dar la vuelta al mundo,
con la única diferencia de que, esta vez, no sería para darme otro abrazo por la espalda,
sino,
para clavarme otro cuchillo
antes de que yo me haya levantado de tu cama.
Y es de tu cama de donde mi corazón no quiere salir.
Quiere seguir estando junto a ti.
Seguir siendo tu juguete favorito
y así poder llevarte al infinito,
como un día lo hizo.
Pero ya está tan desgastado,
tan desgarrado,
que no quiero que lo vuelvas a tocar, porque vas a deshacerlo.
Otra vez.
Sonríeme, otra vez, como la primera vez que lo hiciste
e intenta mentirme con eso de que no caíste.
Pero yo sé que caíste,
a sus pies, como yo lo hice a los tuyos,
que insististe.
Que te fuiste con ella como conmigo en su día lo hiciste.
Miénteme otra vez.
Dime que vas a volver.
No vuelvas.
No te quedes.
Marchate.
Vuelve.
Vuelveme a mentir.
Una y otra vez.
No te marches.
Quédate.
Miénteme.
Miénteme mejor.

martes, 5 de mayo de 2015

Mi héroe.

Parece que fue ayer cuando naciste con la nariz más chata de la familia y los ojos más grandes que muchos no os podríais imaginar, con las manos pequeñitas y los dedos de los pies diminutos.
Con una sonrisa de las mejores de este mundo.
Tú llegaste con el pelo más rubio que la cerveza que bebes ahora y poniendo el mundo de todos patas arriba.
Y siete años después llegué yo.
Llegué yo batiendo tu récord de la nariz más chanta de la familia, pero esta vez el que hizo que abriese los ojos fuiste tú.
Y ,es que, no hay mejor forma de utilizar eso de que tu mirada me hace grande.
Y así crecí al regazo de tu cálida mirada y hasta hace unos años fuiste tú quien me llevó a la espalda y me defendió a escudo y espada.
Para después bajarme al mundo real, pero aún así me sujetaste a dos segundos de rozar el suelo.
Y así fue cómo me quedé a tu lado y te cogí de la mano para luchar,
junto a ti,
contra todo lo que se nos ponga por delante.
Y que sí, que aunque no sepa lo que es el amor daría las siete vidas que no tengo por ti y si eso no es amor que vengan y me lo expliquen.
Y nadie entendería cómo se me encoge el mundo cada vez que te encoges de hombros y agachas la cabeza.
Nadie entiende lo que es tener un cómplice, una amigo, las noches de fin de semana que no se sale; esas noches en las que digo que no salgo para quedarme jugando contigo.
Nadie comprende lo que es el amor incondicional si no tienen un hermano.
-Nadie entiende el amor de los hermanos.-
Y yo,
te prometo,
que seré la persona que te lleve a hombros cuando tú ya no puedas seguir, cuando la vida te dé una paliza, cuando más débil estés o cuando la vida te haya destronado.
Que te prometo que nunca voy a olvidar eso de que:
"Hola! Soy el de la habitación de al lado. Deja de chillar... Es broma! Sigue siempre así.
Ya me canso de escribir así que si quieres algo ya sabes dónde encontrarme."

Y es ahora cuando voy miles de veces a buscarte y me doy cuenta de que ya no eres el de la habitación de al lado, que ya no eres mi vecino de enfrente, que ahora vives a 77km de distancia.
Pero pienso en el fin de semana y se me pasa.
Así que, ahora soy yo la que te digo que aunque ya no seamos vecinos y hayamos crecido yo seguiré siendo tu salvavidas siempre que quieras, que seguiré a tu lado pase lo que pase.
Y que no lo ocultes más.
Que todos sabemos que debajo de todos esos vaqueros y camisetas escondes una de las más grandes capas de superhéroe.
Mi héroe, no lo olvides, esa capa te queda mejor que cualquier otro disfraz.
Y que bueno, felices 23.
Que aunque ya lleves tiempo siendo un hombre para mí seguirás siendo mi pequeño.