Cualquier parecido con la realidad no es meramente una coincidencia.

martes, 7 de febrero de 2017

¡MALDITOS VENDEDORES DE HUMO!

¡Malditos vendedores de humo!

Prometieron defendernos y nos echaron a los lobos,
nos llenaron la cabeza de sueños y nos los arrebataron de golpe,
nos hicieron inmunes al odio hacia otros entes que no pensaban igual que nosotras
y nos vendieron la felicidad cómo un lujo que no nos podíamos permitir.

Endeudaron nuestras cabezas hasta dejar que las vendiéramos a un módico precio de vivir sin pensamiento crítico.

Nos ataron de pies y manos con la única finalidad de infundir todo tipo de miedo.
Nos convencieron de que sonreír era demasiado caro como para hacerlo a menudo,
que no sonreír nos hacía demasiado serias como para estar cara al público,
Y el público dejó de sonreír hace tiempo porque sonreír estuvo de puta madre,
hasta que se convirtió en necesidad.

Nos convirtieron en sueños fugaces,
en dioses en los que nadie creía,
en amas de un mundo que nadie poseía (o eso nos hicieron creer).
Nos convirtieron en esclavas del tiempo, de los relojes y los horarios,
de la nube que nadie ha visto jamás,
de sueños a los que después nos dijeron que no podríamos llegar.

Nos enseñaron a callar,
a guardar silencio,
a decir "sí" por encima de todo.
Nos enseñaron a ser sumisas.

¡Malditos ingenuos!

Yo os digo que, ahora, estas sumisas están dejando de serlo,
ahora, estamos dejando de creer en dioses para empezar a creer en nosotras mismas,
que, ahora, los lobos a los que nos echásteis se han convertido en nuestra manada,
ahora, las pocas a las que no callásteis con vuestras mentiras y discursos de mierda están empezando a despertar y os juro que cada vez tenemos más ganas de vivir la vida plena.

¡Malditos vendedores de humo!
Nos convertísteis en polvo,
ahora, nosotras convertiremos el polvo en pólvora.
Y os aseguro que eso, sí, os va a doler.