Cualquier parecido con la realidad no es meramente una coincidencia.

viernes, 25 de septiembre de 2015

XIII

Y ahora, que todavía no te conozco del todo, me gustaría que me dijeras cuál es tu recuerdo favorito,
Qué mirada de todas las que has visto ha sido la que más te marcó,
Qué sonrisa te hace sonreír,
Cuál es tu canción favorita en el mundo,
Cuántas veces al día lloras,
Si eres de esas personas que sueñan despiertas,
Si vives con los pies en el suelo
Y si has cumplido algún sueño.

Me gustaría que me hablases de tu lugar favorito en el mundo,
De tu persona favorita,
De tus miedos, tus pesadillas y tus sonrisas.

Que me digas si prefieres el tabaco de sabores o el normal,
Si crees en el amor a primera vista,
Si te gustan las palomitas,
Y las tardes de manta y peliculón
Si te gustan los juegos a escondidas
Si eres más de besos, abrazos o caricias;
Si, aunque no tengas cosquillas, fingirías por verme sonreír.

Me gustaría saber qué sientes cuando pones un cigarrillo entre tus dientes y lo enciendes,
Si alguna vez te han dado la mano en mitad de un semáforo en rojo y qué sentiste si lo han hecho,
Si alguna vez te has enamorado de alguien que no habías visto todavía,
Y si has llorado alguna vez delante de tus amigas.

Necesito saber cuántos cuchillos levas clavados a la espalda y si alguno de estos se puede quitar sin efectos secundarios,
Cuántos besos acumulas en tu cuello,
Y cuántas noches en vela guardas en tus ojeras.

Y ahora, ahora me gustaría saber si me dejarías cogerte de la mano, cualquier día de estos, por el centro.
Si prefieres las películas de amor, humor o terror,
Por qué te gusta tanto el número trece,
Y si te gusta bailar.

En definitiva, me gustaría poder, algún día, formar parte de tu vida,
Hacerte sonreír siempre que pueda,
Convertirte en mi equilibrista favorita,
Convertirme en tu salvavidas siempre que quieras.
¿Es mucho pedir?


Si hace falta te espero toda la vida.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Madrid

Qué bonita la Cibeles
cuando se viste de blanco
y qué bonito Neptuno
cuando lo hace de rojiblanco.

Qué bonita tú,
con tus cuatro torres
y todos tus semáforos en verde.

Pero estás más bonita cuando
los tiñes de rojo
para que le coja de la mano.

-Ya sabes,
el amor y la dictadura de los semáforos.-

Qué bonita serás cuando
yo baile por tus calles,
pasee por tus aceras
y viva bajo tu mismo cielo.

Qué bonita serás cuando
me arropes cada noche
y me cobijes
cuando el termómetro haga bajar las temperaturas
al bajo cero.

Qué bonita serás cuando
yo ya no tenga más despedidas
ni en el aeropuerto,
ni en la estación de tren,
ni en la del autobús.

Pero, sobre todo, qué bonita serás cuando
le acojas a ella
y baile por tus aceras
llenando de luz todo el cielo.

Cuando llegue ella
rompiendo la dictadura de los semáforos,
a su paso,
y baile por toda la Gran Vía
calle abajo.

Qué bonita serás cuando
ella te mire a los ojos
y te trasmita su fuerza;
y te haga fuerte.
Cuando ella te mire a los ojos
y te desnude el alma.

Sé que serás más bonita cuando
ella corra y recorra,
de arriba a abajo,
todas tus calles
y te arrope,
cada noche,
con el vuelo de su falda.

-Lo único que sé es que ese sí que es un vuelo precioso,
y que es la mejor forma de volar,
la mejor que he conocido en todos estos años.-

Y que qué bonita serás cuando
tú no seas deseo y seas hogar.
Mi hogar.

-Madrid, superas completamente
todas mis expectativas.
Pues no estoy yendo y
ya te considero mi vida.-