Cualquier parecido con la realidad no es meramente una coincidencia.

martes, 15 de diciembre de 2015

Pensamiento 1: Tú y yo.

Yo comencé a creer en la suerte cuando te vi con ella,
cuando leí en tus labios,
sin la necesidad de rozarlos,
el nombre de todas las ciudades a las que ella tiene pensado llevarte.
Cuando comencé a creer en la suerte no le estaba mirando a ella,
te miraba a ti.
Te miraba para descubrir que en la distancia es el tiempo quien dicta si dejar escapar algún "te quiero" de esos que nunca llegaron a salir de mi boca,
los "te quiero" que teníamos pendientes tú y yo.
Pero que
a pesar de eso
tú y yo seguiremos siendo "tú y yo"
porque yo nunca podré ser dos personas a la vez si tú estás delante,
al igual que tú desde hace unos meses no eres "tú" porque el tú se había ligado al ella para formar el conjunto.
Que tú nunca has dejado de ser "tú" y seguirás siendo "tú" porque nunca podrás cambiar eso de querer respirar al compás de suspiros provocados
y yo dejaré de ser "yo" porque siempre que intento coger aire lo rompo,
eso lo sabes bien,
pero esta vez he conseguido acariciarlo.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Donde siempre, con los de siempre.

"Me has dado tanto que incluso la poesía se queda corta."
-Loreto Sesma.

Y de repente,
un día te despiertas y,
te das cuenta de qué es lo que te hace vivir,
te das cuenta de qué o quién es el motor que te hace seguir.              

Hablo de esos amigos,
de los que todos hablan y pocos conocen.
De los que nadie habla porque cuando los conoces no hay palabras para describirlos.

Hablo de las sonrisas entre copa y copa,
de los "yo nunca" pero ellos siempre,
de los "mañana tarde de litros" y todos responden con un "a las 4 donde siempre, ¿no?"
Pero también hablo de los "esperaesperaespera ¿por qué brindamos?" De Danna
 a los cuales yo respondo: "Por mi cumpleaños"
Cuando ya saben que mi cumpleaños ha sido hace más de medio año,
pero lo que no saben es que en realidad por lo que brindo es por la sonrisa que se les dibuja en la cara cuando lo digo.
Y tambien hablo de los "¿ya, tan pronto?" de Cáceres
y de los "os quiero" de Frijo cuando estamos de fiesta.
De los "foto a lo Arantxa" y que nadie pueda estar serio.                            
Hablo de las tardes de skate todos los viernes,
de ver a Saval sacar la guitarra 
y todos los demás la sonrisa a paseo.
De cuando Víctor te dice que mires, 
que no le salga el truco y entre risas te diga "ha sido porque me estabas mirando"
y vuelve a intentarlo.

¿Todavía no sabéis de qué hablo? 
Es normal porque no habéis reido hasta llorar escuchando a Saray,
ni sabéis cómo entrecierra los ojos María cuando sonríe, 
ni lo que es un abrazo de Danna cuando tu mundo se va a pique;
porque no tenéis ni puta idea de qué es gritar por encima del "sueño contigo", como locos, un "SUEÑO CON FRIJO" junto a todos ellos. 

Que no sabéis de lo que hablo
y es normal porque a vosotros nunca os lo he dicho
pero yo se lo sigo diciendo 
(unas veces al oído y otras susurrado a pleno pulmón):
 -Me habéis dado tanto que incluso la poesía se queda corta.-