Cualquier parecido con la realidad no es meramente una coincidencia.

martes, 15 de diciembre de 2015

Pensamiento 1: Tú y yo.

Yo comencé a creer en la suerte cuando te vi con ella,
cuando leí en tus labios,
sin la necesidad de rozarlos,
el nombre de todas las ciudades a las que ella tiene pensado llevarte.
Cuando comencé a creer en la suerte no le estaba mirando a ella,
te miraba a ti.
Te miraba para descubrir que en la distancia es el tiempo quien dicta si dejar escapar algún "te quiero" de esos que nunca llegaron a salir de mi boca,
los "te quiero" que teníamos pendientes tú y yo.
Pero que
a pesar de eso
tú y yo seguiremos siendo "tú y yo"
porque yo nunca podré ser dos personas a la vez si tú estás delante,
al igual que tú desde hace unos meses no eres "tú" porque el tú se había ligado al ella para formar el conjunto.
Que tú nunca has dejado de ser "tú" y seguirás siendo "tú" porque nunca podrás cambiar eso de querer respirar al compás de suspiros provocados
y yo dejaré de ser "yo" porque siempre que intento coger aire lo rompo,
eso lo sabes bien,
pero esta vez he conseguido acariciarlo.

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