Cualquier parecido con la realidad no es meramente una coincidencia.

viernes, 20 de febrero de 2015

Gracias.

Supongo que ya no hay mucho que decir, que ya no podemos hacer nada más que no hayamos hecho antes.
Supongo que ya no hay más vueltas de hoja, que tu libro ya se cerró con una gran historia en su interior.
Te puedo asegurar que eras como uno de esos libros que lees y te marcan de por vida; que aunque yo llegué a más de la mitad de la historia me hiciste hueco en tu vida y así pude vivir contigo millones de aventuras cada día.
Que no me arrepiento de nada de lo vivido a tu lado, de todas las sonrisas que nos hemos sacado.
Y, haciendo balance, creo que te puedo decir que los buenos recuerdos a tu lado ganan por goleada a los no tan buenos.
Y que gracias, muchas gracias, por estos años a mi lado, a nuestro lado, por sacarnos millones de sonrisas cuando más falta hacía.
Gracias por sacarnos todas y cada una de las lágrimas derramadas, por levantarnos cuando nuestras rodillas rozaban al suelo, por enseñarnos que somos tan grandes; por todas las veces que te veía y me decías: 'que grande estás ya, ya estás hecha una moza.'
Gracias por todo lo que hemos jugado; por los años que me has regalado.
Que hasta dentro de mucho tiempo.

Pd.: Espero que no te eches una siesta muy larga; que el tiempo vuela, el mundo no para y la vida no espera. 
Por cierto; te quiero mucho, no lo olvides.

martes, 17 de febrero de 2015

Para siempre.

Hace tiempo me dijeron que todos tenemos un día predestinado desde el día que nacemos.
Pero en tu caso quisiste crecer demasiado rápido o, simplemente, quisiste ser niño para siempre; aunque lo más seguro es que quisieses ser libre de cualquier manera posible, el mayor tiempo posible. Para siempre.
Si te digo la verdad nunca pensé que te irías.
No, tú no.
Y, sin embargo, lo hiciste; te fuiste.
Parece mentira que este día se haya convertido en la escusa para reunirnos toda la clase, a tu lado, con los recuerdos en los ojos y el anelo entre tus manos.
Parece mentira que hayamos tenido que llegar hasta este punto.
Y aún lo recuerdo como si fuese ayer; como lo estoy viviendo hoy.
Todavía recuerdo cómo todos los profesores nos mandaron cerrar los libros y escribirte.
Y todos lo hicimos, guardamos los libros, y te escribimos una carta con remitente y destinatario; aunque, en este caso, no te iban a llegar.
Supongo que lo hicimos por necesidad y no por obligación, ni tampoco por deseo; nadie quería esto.
Recuerdo cómo, entre lágrimas, toda la clase nos pusimos de acuerdo, por primera vez; y recuerdo como los llantos de anelo, desesperación y tristeza se convertían en la banda sonora de las más tristes palabra jamás escritas en un papel.
Y hoy, otra vez, de nuevo, en este lugar el cual nunca voy, vamos, a olvidar sólo te puedo decir:
Que hola de nuevo, viejo amigo.
Que aún recuerdo tu cara en educación física cuando con esa canción te saqué una sonrisa.
Que aún recuerdo cómo mis ojos se inundaban cuando mis pies este mismo suelo pisaban.
Que aún te echo de menos.
Que aún te echamos de menos.
Y que por cierto, espero que la libertad sea tan bonita como la pintan porque algunos estamos intentando salir de esta "jaula" sin un rasguño y así, en un futuro, poder verte en un mundo menos oscuro.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Al final.

Al final van a tener razón y va a ser cierto todo eso que dijo Platón de que al contacto del amor todo el mundo se vuelve poeta.
Y es que habría que estar loco para no hacerlo sólo con rozarte; sólo con ver cómo se te eriza la piel cuando te aparto el pelo y te hablo por la espalda.
Habría que ser muy tonto para no darse cuenta de cómo todo tu cuerpo se estremece cuando paso los dedos por debajo de tu vientre o cómo inclinas la cabeza para que te muerda el cuello y me pierda en tú clavícula.
Y yo te juro que no es al contacto del amor cuando todo el mundo se vuelve poeta; es al contacto con tus ojos, con tu boca, con tu piel. Es al contacto contigo.
Te prometo, y no me equivoco al decirte, que todos los poetas escribían sobre y para ti.
Que Bécquer cuando escribía te describía como poesía, sin saber que tú eres más hermosa que un par de versos;que las palabras se quedan cortas para describirte y que todo texto, poema o canción no hace justicia a tus ojos.
Que al final va a tener razón Kutxi y sí que quiero que te quedes hasta el día que lluevan pianos y eso, eso de que cuando estamos a solas molesta el caparazón.
Pero mi corazón, antes de que se hiciera de mimbre, se fue contigo y no lo he vuelto a ver.
Así que cuidamelo, algún día tendrás que devolvermelo. Y sino tranquila, que ya estoy yo yendo a buscarlo. A buscarte.
Y sí, al final va a ser verdad.
Digo, eso de que cada día estás más guapa.